Capitulo 15
Cierro los ojos tan fuerte como
puedo al sentir el dolor tan agudo que recorre mi cuerpo al escuchar su nombre.
Peeta. Pero aun cuando sienta el dolor recorriéndome, es aun mayor el
sentimiento de un gran vacío en mi interior. El no tener la menor idea de lo
que ha pasado.
Que todos te digan acerca de tu
vida, pero que tu propia mente te contradiga. El saber que no es verdad lo que
tú crees, pero tampoco creer lo que los demás te dicen. Las lágrimas recorren
mis mejillas al pensar que la traidora en este lugar soy yo.
-Tranquila, nada de esto es tu
culpa
Le dedico una pequeña sonrisa a
mi hermana pero la tristeza no desaparece de su rostro. Hoy hablare con Peeta
de una vez, aunque la verdad lo único que quiero es librarme de los malditos
científicos de una vez, no he visto la luz del sol en meses. Y según el espejo,
mi piel ha tomado el color tan claro como la nieve.
-Está aquí. ¿Estás segura de
querer hacer esto?
Asiento levemente. La puerta se
abre un poco y una cara se desliza por el borde. El dolor amenaza con volver,
pero lo obligo a retroceder.
-Hola- dice el.
-Hola, Primm de verdad me
gustaría hablar a solas con….
El nombre no logra salir de mi
boca, así que trato de evitar su mirada y noto la tristeza en su mirada.
-Lo siento
-Está bien, todo esto debe ser
muy extraño para ti,
-Lo es
Cada palabra que sale de mi boca
es un gran reto
-Te he llamado… bueno pues la
razón es que no logro recordar mucho de… bueno tu sabes a que me refiero.
-Así que quieres que te recuerde.
-Si
-Supongo que comenzare desde
nuestros primeros juegos.
El relata la historia, hasta que
el Capitolio me tomo presa. Pero después de un largo silencio suelta un largo
suspiro.
-La verdad es que he estado
enamorado de ti, desde hace mucho tiempo.
Me quedo estupefacta. Muchas
imágenes aparecen en mi cabeza como flashes, un gran dolor comienza en mi
cabeza y después se extiende a todo mi cuerpo, comienzo a gritar y a retorcerme
en mi cama. Siento manos que me sujetan, y cuando abro los ojos estoy rodeada
de mutos.
-¡Suéltenme! ¡Alguien ayúdeme!
¡Gale, los mutos me atacan!
Después de mucho gritar me arde
la garganta, pero eso no evita que siga llamándolo.
Cuando estoy a punto de ser
vencida por las garras de todos aquellos horribles mutos. Los ojos comienzan a
cerrarse, pero antes de designarme hecho una ojeada a la puerta. Y al fin lo
veo.
-¡Ayúdame!
-Katniss tranquila.
Dos palabra se desliza por mi
boca, sin si quiera pasar por los filtros de la sensatez de mi cabeza, cuando
menos me doy cuenta ya lo he pronunciado.
-¡Peeta, ayúdame!
Mis parpados comienzan a cerrarse
y ya no logro enfocar mi vista. Todo es oscuridad otra vez.
Me despierto con dos manos que
rodean mi cuello, mi respiración comienza a cortarse y siento como mis fuerzas
se desvanecen, cuando estoy resignada a morir
mis pies sueltan unas pocas patadas y noto que he tumbado a quien estaba
encima de mí. Tomo aire como si hubiera estado debajo del agua e inmediatamente
grito
-¡Ayuda!
Recuerdo que me han dejado un
pequeño control con el cual pedir atención, ya que no hay nadie más en este
piso por seguridad. Inmediatamente lo busco, y encuentro un pequeño destello de
luz en el piso, me arrojo al piso pero antes de que estire la mano para
alcanzarlo, noto sus mano sobre mis tobillos, me jala lanzo una patada pero no
me suelta, volteo para ver la cara de mi fallado asesino, pero lleva una
máscara. Se queda inmóvil mirándome a los ojos y noto la frialdad en su mirada,
antes de que reaccione le doy una patada, me arrastro por el piso y presiono el
botón, el asesino lo nota y sale corriendo por la puerta.
Me quedo tirada en el piso, un
dolor agudo se encuentra en mi abdomen, situó mis manos en el lugar donde se
encuentro y noto que hay sangre, el aire comienza a faltar en mis pulmones y
comienzo a dar respiraciones entrecortadas. Noto como las luces se encienden y
una manos comienzan a revisarme.
Supongo que me he quedado dormida porque
despierto en mi cama, solo que esta vez hay alguien junto a mi cama.
Gale.
-Hola Catnip
-Hola
-De verdad lamento esto
-Sí, ¿Quién lo hizo?
-En realidad no lo sé, pero hay
que comenzar a trabajar.
-¿Para qué?
-Debemos encontrar al culpable de
esto.
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