Capitulo 17

Capitulo 17

Esta semana ha sido la peor de mi vida, no me dejan hablar con nadie ni con mi familia. Lo peor es la razón por la que lo han hecho, soy una amenaza para ellos. Soy un estúpido muto. He suplicado por mi muerte pero no se lo pueden permitir ya que soy una de las pocas vencedoras que quedan en todo Panem. En cuantos los 75º juegos del hambre terminaron el presidente Snow ordeno la muerte a todos los vencedores. Pensar en todos aquellos niños pequeños que se han quedado sin padres, solo provoca despertar la ira en mí.

La única razón por la que no he tratado de organizar un suicidio es por mi hermana. Primm es una de las dos personas que logran calmarme, solo ella y Gale. Pero en especial ella. Estaba tan absorta en mis pensamientos que cuando levanto la mirada me encuentro con un par e ojos grises.

Coin.

-Espero no interrumpirte, como sea, señorita Everdeen, la única razón por la que la he salvado es por las suplicas del chico, de ninguna otra manera la hubiera sacado, ¿Y esta es la manera en la que me agradece?, atacando a la gente que intenta ayudarla.

-Yo no quería esto

-Nadie quería esto, pero es necesario. Ante su vana actitud he tenido que convencerme de que usted quedara así para siempre. Como un maldito muto- Literalmente las últimas palabras las escupe.

-Usted no es nadie para decirme que hacer.

Su cara se torna roja y comienzan a saltársele algunas venas.

-Yo soy la persona que te ha salvado.

-Usted no lo ha querido así. Solo  lo ha hecho por no quedar al descubierto.

-¡Señorita Everdeen! ¿No lo entiende? En este momento soy una de las pocas personas que le dicen la verdad. Nadie ha querido informarle, pero en mi opinión esto solo la hará reaccionar ante el peligro.

-¿Qué pasa?

-Un grupo de agentes de la paz tiene a su familia.

La ira despierta en mi interior. Mi estomago se siente como si tuviera lava ardiendo dentro. No me quedare aquí sin hacer nada, ni siquiera aunque los doctores del 13 quieran impedirlo.

-¿Qué debo hacer?- La cara de Coin se ilumina con una sonrisa.

-Esto debe quedar entre ambas, lo he planeado todo, pero por ahora necesito que te comportes, nada de atacar, debes comportarte normalmente por lo menos por una semana, si no lo haces no podre sacarte. He conseguido un equipo, yo no podre ir, eso levantaría sospechas, pero algunos soldados te acompañaran- la última frase la dice con un poco de timidez, así que logro ubicar que esta ocultándome algo.

-¿Quienes?- Comienza a balbucear palabras incomprensibles.

-Gale y Peeta.

Peeta. El escuchar el nombre de Gale no me sorprende pero Peeta. No pude durar mucho sin atacarlo la última vez que lo vi.

-Peeta ha insistido, pero si tú lo deseas puedo encargarme de que no valla.

-No, está bien. Espero- La última palabra salió como un susurro.

 Me mira con un poco de desconfianza, hasta que asiente ligeramente con la cabeza y se marcha.

Daría todo por mi familia, incluso mi vida, esto no será muy difícil, lo difícil será controlar algo que no es parte de mí, esta naturaleza es muy difícil de controlar, pero la más mínima esperanza de ver a mi familia, me hace sentir mejor. Lo único que sé es que la próxima semana será difícil, pero debo hacerlo.

          

Ha pasado una semana al fin, no sé como lo he logrado, pero después de hacerlo, no ha parecido tan difícil como lo pensaba, pero hoy tendré que reunirme con Peeta para acabar todo de una vez, se que será difícil verlo, en especial porque toda su persona es un detonante para mi ira.

-Su reunión será en una hora, los dejare a solas.

Antes de que la puerta se cierre, una persona entra por la puerta. Cinna. No intento levantarme, ya que me han sujetado con bandas a la cama. El repone su mirada en mis muñecas y tobillos y niega levemente. Se acerca a mí, trato de no inmutarme, pero admito que últimamente no sé como reaccionara la gente.

Me desata y mi piel se eriza bajo su tacto.

-Hola chica en llamas

-Cinna.

Me levanto y lo abrazo. El responde al abrazo, y cuando termina me mira y dice.

-Me han dejado prepararte para tu reunión con Peeta, pero todo depende de ti.

Asiento suavemente y me ayuda a levantarme.

-Sera más fácil prepararte, ya que ahora has ganado un poco de peso. Deberá ser ropa del 13, pero la he arreglado un poco, y dado el hecho de que hace un poco de calor, no se si te importe llevar un poco de piel al aire.

Había notado el calor que hay aquí, pero debe ser gracias a la profundidad, los mineros siempre comentaban del tema. Nunca me ha gustado llevar mucha piel, pero el calor aquí es asfixiante y abrasador.

-No importa.

Salimos de la habitación donde estábamos y me dirige por un pasillo que no tiene más que una puerta al fondo, me abre la puerta y entro. Las paredes son color crema, con un contrate de rosa pálido, y el olor a flores inunda el ambiente. Es un lugar muy lindo en comparación a los lugares de preparación del Capitolio.

-Es lo único que he logrado, pero quedaras genial.

Cinna me indica hacia una bañera, se lo que debo hacer, lo cual me parece  muy confuso al notar que mis recuerdos se enlazan a los de Peeta, pero no en este caso. Me quito la ropa, no me lo había recordado, pero no he tenido un baño desde hace más de una semana. Eso me provoca timidez, aparte de mi desnudes, Cinna lo nota y trata de no reponer su mirada en mi.

Cinna me restriega el cuerpo hasta que parece satisfecho, vuelve a vaciar la bañera y esta vez cuando la llena agrega unos cuantos pétalos y algunas sustancias. Comienzo a relajarme y mis parpados comienzan a cerrarse.

-Te dejaría aquí, pero falta muy poco para tu reunión.

Salgo de la bañera y Cinna me introduce una camiseta de tirantes tipo militar, encima de el una camisa color gris. No entiendo cómo pudo cambiar la típica ropa del Distrito 13 en esto. También tengo unos shorts estilo militar los cuales llegan unos 10 centímetros por debajo de mis muslos, y finalmente unas botas que no llegan mas allá del tobillo, la ropa es muy linda, ero también contiene una gran comodidad.

-Tu piel es muy pálida, creo que la mantendré natural, solo introduciré un poco de maquillaje.

Termina con mi cara, y de no ser por mí pelo dañado no me reconocería a mí misma. Comienza a cepillar mi cabello y comienza a cortarlo, bajo la vista, nunca me han gustado los cortes de cabello. Noto que hay demasiado en el piso. Noto su pulgar levantando mi menton, volteo la vista hacia el espejo que sostiene para mi. Mi cabello sigue siendo largo, lo único que ha cambiado es la forma.

-Cinna es preci….

-Espera aun no he terminado.

Toma mi mano y comienza a limar mis uñas, tras unos minutos me hace levantarme.

-Creo que hemos hecho esperar a Peeta unos cuantos minutos. Deberíamos irnos.

Repetimos el procedimiento de llegada, pero antes de regresar a la habitación donde todo empezó, me toma del brazo.

-Katniss, se lo de Coin, hagas lo que hagas de verdad es necesario que salgas de aquí, piensa en la gentileza de aquel chico al salvarte de las garras de la muerte. La valentía que tuvo al introducirse entre los profesionales, el ingenio en las entrevistas. No quiero que te sientas en deuda con él. Pero creo que hay algo que nadie te ha dicho aun.

Hay un largo silencio y finalmente me dice.

-Antes de los juegos tú estabas dispuesta a dar tu vida por él.

El vuelve por el pasillo y cierra la puerta. Entro a la habitación y me encuentro con el. Sus ojos me recorren de arriba abajo y se detiene en mis piernas lo cual hace que me sonroje un poco, según mis pocos recuerdos, el nunca había sido así, nuestro amor era casto.

Un pequeño dolor estalla en mi interior ¿Nuestro amor? Nunca ha habido nada entre nosotros.

-Hola

-Hola

-Luces muy linda

Me siento un poco incomoda por su comentario, pero no puedo hacer nada que capte la atención de nada.

-Gracias

Pasamos las últimas dos horas hablando, comenzamos incómodamente. Pero el fue quitando el tema de los Juegos y terminamos teniendo una plática casual. Terminamos en un silencio incomodo. El me mira con ternura y dice.

-Siempre te he amado.

Siento una punzada en la cabeza, pero inmediatamente la reprimo. Me remuevo incomoda en el asiento. Me llevo una mano a la cabeza. Me levanto bruscamente. Y antes de salir por la puerta que da al pasillo. Escucho su voz.

-Lo siento, soy un idiota al decirlo.

Cierro  la puerta y me encuentro sentada en el piso. Siento las lagrimas quemar mi rostro.

Porfavor comenten, siento que en los últimos capítulos he perdido la historia central. Pero con este nuevo capi he recuperado el control. Porfavor comenten estoy muriendo, lo único que me anima a escribir son los comentarios. Porfavor si leen el blog aganse seguidores, créanme que es horrible tener lectores fantasmas. Recomienden el blog. Y si tienen sugerencias, pónganse en contacto conmigo. Los escucho.

Atte: Pato